La realidad del cambio climático es que, a menos que hagamos cambios drásticos, es posible que ya sea demasiado tarde. Hemos empujado el ecosistema de nuestro planeta a un punto de inflexión donde podría derrumbarse fácilmente. Lo más esencial para salvarnos a nosotros mismos y al planeta es desarrollar la autoconciencia. Esto significa hacernos plenamente conscientes de nuestra naturaleza interior esencial que guía nuestras intenciones y acciones.
La condición normal de los seres humanos hoy en día es la sensación de que falta, la sensación de insatisfacción. Debido a esto, desarrollamos todo tipo de estrategias para compensar y la sociedad moderna apoya estas estrategias: conseguir un coche nuevo, más ropa, probar comida diferente o encontrar otra pareja.
Estamos talando la selva amazónica para obtener madera para nuestros muebles y, a menudo, consumimos mucho más de lo que realmente necesitamos. Tomamos aviones a lugares lejanos para ir de vacaciones porque necesitamos un descanso de nuestra vida cotidiana en la que estamos muy familiarizados con el estrés y la sensación de estar incompletos.
Por tanto, tenemos que hacernos conscientes de estas tendencias de la mente que se activan cuando sentimos una falta de algo y, luego, cuestionar profundamente esta sensación de insatisfacción. De esta manera podemos descubrir un lugar más profundo en nuestro interior, una fuente de auténtica paz y amor. Si vivimos desde ese lugar, no consumiremos sin pensar ni nos sentiremos perdidos, sino que viviremos con un sentido de compasión por el mundo que nos rodea y por los demás seres.
Lo más importante es que consigamos conectarnos con nuestra paz interior y estemos preparados para aceptar cada momento tal como viene para vivir en un fluir natural, contentos con lo que ya está ahí.
Para sustentarnos a todos en este viaje hacia nuestra verdadera naturaleza, queremos crear un oasis, un espacio para el autodescubrimiento.
En este viaje debemos enfrentarnos a situaciones internas intensas basadas a menudo en memorias traumáticas y conectadas con los mecanismos de supervivencia de nuestro ego. Dejar ir esto no es fácil, nos hace muy vulnerables. Por lo tanto, el apoyo de una entrañable comunidad de personas que aman y se preocupan incondicionalmente proporciona una ayuda vital.
Esto es lo que necesitamos con urgencia, comunidades saludables de personas para apoyar a familias y niños sanos. Nuestra comunidad es un pequeño comienzo, un oasis de vida consciente que se expande en el mundo.
Esperamos que la creación de un nuevo oasis espiritual inspire y apoye a más personas a comenzar este viaje interior de autodescubrimiento; por tu bien, por el bien de las personas que te rodean e incluso por el bien demnuestro planeta.